(del 17 al 23 de junio)
Una de los nuevos hábitos corrientes que ha introducido la informática en la vida cotidiana es, que
todos y cada uno de nosotros, mientras navegábamos por Internet, hemos visto truncado
nuestro viaje por culpa del Error HTTP 401 Unauthorized, es decir, No
Autorizado. Este error se produce cuando intentamos acceder a un servidor web
y, aunque el flujo de datos HTTP que enviamos como clientes es correcto, el
acceso al recurso requiere autenticación de usuario (nombre y contraseña) que, o bien no fue provista, o bien fue introducida erróneamente. Si no superas las pruebas de
autenticación, la web no te autoriza a entrar y te quedas fuera.
Tenemos un gobierno asiduo a
cometer errores, es el pan suyo de cada día que siempre acaba quitándonos el
nuestro de la boca justo antes de pegar el bocado, dejándonos con la cara de
tonto y el vacío en el estómago. Tenemos hambre de justicia, pero de justicia
real, no legal. Hemos llegado a ver al banquero Miguel Blesa en la cárcel, pero nos ha durado poco la esperanza. Según él, tan solo cometió "error de
gestión", error que desembocó, tras un Rato, en una quiebra que nos ha
costado más de diez mil millones de euros a los españoles. También hemos podido
ver esta semana como los trapos sucios de Cristina de Borbón, sacados de forma
totalmente involuntaria por Hacienda, volvían al armario con la excusa de otro
error. Y es que cualquiera se puede equivocar cuatro veces seguidas al introducir dos dígitos de un DNI en trece ventas de fincas durante dos años,
justo antes de la compra de un pequeño palacio. Casualidades y errores. Yo creo que, más bien, el
auténtico error por parte del servidor web Democracia ha sido el 401: no
estábamos autorizados para entrar y nos denegaron el acceso. Tened en cuenta que ellos (monarquía y partidos mayoritarios) programaron este
sistema, y que, ya que su trabajito les costó, tienen todo el derecho del mundo
a beneficiarse de él.
Aunque para tragarse este insulto
a la inteligencia en forma de excusa hay que ser muy tonto.... Por eso, Ignacio
Wert está reformando la Educación de tal forma que, en vez de crear grandes
cerebros universitarios que acaben fugándose ante las desoladoras oportunidades
que les da este país, formemos mejor profesionales de Formación Profesional con una
cualificación mínima para desempeñar, pensando lo mínimo, un rutinario puesto
de trabajo. Es curioso que mientras en las altas esferas de banqueros,
ministros e infantas perdonan cualquier error sin importar su magnitud, a los
estudiantes les exigen la perfección de aprobar un 100% con una nota media de
6,5 para obtener una beca que les permita seguir su camino hacia una educación superior. Y
ni que se atrevan a repetir asignaturas, o verán como la cuantía económica dilatará
su ano hasta alcanzar el tamaño del agujero de Bankia.
Quizás, de nuevo, el error sea el
mismo, el 401: no estamos autorizados a acceder a una Educación Pública y de
calidad a no ser que tengamos un bolsillo lleno. Claro que, habiendo cada vez más ricos en España, esto dejará de ser un problema, ya que todos seremos ricos
algún día en este país de pobres... ¿verdad?
Feliz domingo.
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