Reflexiones dominicales embrutecidas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Repartir Dolor

(del 10 al 16 de diciembre)

William Manny en Sin Perdón venga la muerte de su más fiel y único amigo repartiendo dolor. Bud Spencer en cualquier película con Terenci Hill lo hacía en forma de cachetadas con la mano abierta. Bruce Lee también era experto en este arte, pero él le ponía estilo y talento. Chuck Norris, Silvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Jet Li, Mickey Rourke también son expertos en haclero... y ahora, Gallardón, el justiciero, toma la responsabilidad de repartir dolor como forma de gobierno en un acto de infinita bondad.

Hay un nuevo sheriff en los tribunales que va a acabar con el mal uso público de la Justicia, llena de vagos y egoístas jueces, abogados y fiscales que si se levantan contra el gobierno, no es porque éste quiera subordinar el poder judicial a los otros dos que ya dominan, sino porque les han tocado el bolsillo con la paga extra… ¡Malditos peseteros! Y como siempre, para demostrar que La Justicia Tenía un Precio y que las cuentas no cuadran, se ayudarán del más que controlado cuarto poder para generar opiniones favorables ante esa injusta, pero justificada forma de repartir dolor.

Pero esta distribución de sufrimiento no está siendo equitativa. Mientras médicos, enfermeros, profesores, abogados, jueces y fiscales se llevan el sangriento daño del corte de la tijera, banqueros, curas y grandes empresarios son mimados entre algodones, ya que ellos son realmente los que más han sufrido mientras España se creía una potencia mundial. Hablo de los Amancio Ortega que generan cuatro míseros empleos temporales por cada millón de euros ganado, de los Díaz Ferrán que guardan un kilo de oro en su casa (y que en la declaración de la renta les sale a devolver), de los Calatrava que tras chupar del bote político español todo lo posible se llevan su fortuna a Suiza y de los Emilio Botín que, sin querer, tenían también unos dineros en el país alpino, pero que si les pillamos, lo regulan todo (si les pillamos, claro). A ver si vamos aprendiendo ya quienes son los niños bonitos del PP dentro de la sociedad española.

Todo esto del dolor es una doctrina muy acorde con el pensamiento católico que lleva por bandera el partido que nos gobierna. Porque como buenos cristianos, tenemos que sufrir todos como sufrió Cristo en la cruz. Tenemos que sentirnos culpables de lo que no hicimos para asumir el castigo que no nos merecemos. Tenemos que pagar por los pecados de otros (y por los profesores de Religión). Por ello Ignacio Wert se cree un cowboy de toros bravos y dispara contra todo aquello que suene a catalán mientras negocia la reforma educativa con la Iglesia. Y es que, como en sus mejores tiempos, la enseñanza de este país ha de estar en manos de sacerdotes, obispos y curas, ya que el sentimiento religioso hay que inculcarlo desde niño... si no ¿quién carajo se va a creer algo de ese cuento de hadas en el que se basa el cristianismo? Y si la gente deja de creer y pierde la fe, se acabó el cuento... y el negocio y, por tanto, se corta el grifo divino del dinero, que es el auténtico Dios supremo y verdadero.

Alejados de estos dos sanguinarios pistoleros tenemos a una no menos peligrosa bandolera onubense: Fátima Báñez. Pero la amenaza de esta ministra de Empleo no viene por ser cruel, sino más bien por su pasividad: aunque Báñez no sea muy de pegar tiros, se apunta rápidamente a un bombardeo para no pegar palo al agua. Si la Unión Europea celebra una cumbre sobre el empleo, aquí nos pegamos la vacilada de no mandar a ningún ministro siendo uno de los países con más paro. Vamos de sobrados (como buenos españoles españolistas) y así es como generamos confianza (así, y robando).

En definitiva, podemos ver como el PP ya no se limita solo a repartir mentiras, insultos y millones  de euros entre los bancos y sus amigos, si no que ahora son tan generosos que reparten dolor (mientras la oposición no para de hacer el indio). Y viendo la dirección de ese camino único y absoluto por el que nos llevan, no me extrañaría nada que acabáramos pegándonos tiros unos a otros como en cierto país situado en el muy lejano oeste. Solo espero que aparezca Clint Eastwood y haga con estos tres ministros lo que mejor sabe hacer: repartir dolor (y meterlos en cajas).


Feliz domingo.
  

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