Reflexiones dominicales embrutecidas.

domingo, 14 de junio de 2015

Highway to heaven.

Un 15 de mayo explotamos y salimos a la calle para gritar la impotencia que el sillón nos consumía. Hicimos pancartas y asambleas y tomamos las plazas del centro de nuestras ciudades para virarlas hacia la izquierda. Pusimos sobre la mesa el desolador panorama que teníamos y el amargo futuro que divisábamos, algo que, desde las alturas de las instituciones y tras las nubes parecía no vislumbrarse con claridad. Primero, desde las buenas formas políticas, respetaron la indignación y reaccionarion con indiferencia creyendo que íbamos a cansarnos, pero de lo que estábamos cansados era de ellos. Después, se les fue agotando la paciencia y comenzaron a increparnos y a chulearnos para terminar provocándonos con prepotencia a participar en su juego. Lo hicimos, nos organizamos y, aquello que no sirvió para nada, ha acabado conquistando los ayuntamientos de las mayores ciudades de España. Hemos entrado en el juego, pero hemos rechazado la suciedad de su estilo y hemos optado por el joga bonito de mostrar nuestros dientes, más concretamente las paletas de ilusión y esperanza que nos brillan en la sonrisa.


Y ahora que, con votos y pactos políticos (tal y como ellos nos invitaron a hacer) hemos abandonado las calles para meterlas en las instituciones, somos aun peores que antes. Si la prepotencia les impulsó a desafiarnos, la derrota les ha hundido en la resignación del mal perdedor. Aquellos que tan solo reclaman la legitimidad de la democracia cuando ganan, ahora nos llaman radicales terroristas bolivarianos. Ya que están, podrían referirse a nosotros también como satánicos asesinos demoníacos, sádicos, violentos, sanguinarios y depravados. Y es que ellos, ángeles y santos, dueños del cielo político patrio, están asustados ante este asalto que intenta tomar su encumbrado reino celestial.


Por favor, no nos falléis. Por favor, no nos fallemos.

Feliz domingo. (Hoy si)

domingo, 24 de mayo de 2015

La muerte del replicante.

Este 24 de mayo, sacro día dominical, quería actualizar bien temprano, quizás no tanto como para adelantarme a la apertura de los colegios electores, pero si lo suficiente como para esquivar y, en su defecto, obviar las datos de participación, los análisis previos, los discursos vacíos de la festividad democrática, las encuestas de cierre y los datos de recuento parcial y total. Quiero anticiparme a todo el circo mediático y al aluvión de cifras y conclusiones para poder escribir con la ilusión que solo la previa otorga, ya que en las elecciones andaluzas esperé a ver los resultados y acabé escupiendo una entrada llena de rabia e impotencia (aunque no falta de verdad).

Quiero llenarme de ilusión, una vez más, porque después de ver el asqueroso acoso electoral y leer actos deplorables y vomitivos por parte de aquellos que se llenan la boca con la palabra democracia, lo necesito. Y es que he visto naves de ataque arder más allá de Orión. He visto como el partido que lleva por bandera la austeridad se gasta 20 millones de euros en intentar tapar sus vergüenzas y descosidos. He visto a un presidente del Gobierno, muy español y mucho español, hundirse en la pobreza dialéctica del patriotismo y los argumentos irracionales que este otorga. He visto como el voto por correo, avance democrático para no marginar a los desplazados, es utilizado como un método de pucherazo 2.0 en un ruin mercado laboral de compra-venta electoral y de abuso de mayores. He visto también como este instrumento democrático que acorta distancias se deshace en una entramada burocracia que absorbe al emigrante hasta el hondo pozo de la abstención. He visto a corruptos, condenados e imputados, volver a imprimir su nombre en esas listas que los grandes partidos han prometido limpiar. He visto a damiselas de alta cuna pasar de los programas que piensan incumplir para tener libertad de acción y ausencia de responsabilidad. He visto como los aterrorizados usan el marchito terrorismo de ETA para intentar sembrar el miedo que la banda ya no da. He visto a una condesa y consorte con 30 años de antigüedad política pasear su luciferina cara bonita (y sus cheques de 5 millones de euros) ante la adulación de la prensa conservadora y la incredulidad de la mísera plebe.

Pero quiero llenarme de ilusión porque no todo lo que ha desfilado ante mis ojos ha sido miseria y displicencia, ya que también he sentido como todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. He visto a una jueza repartir los zascas que tanto necesitaban en la capital. He visto a la mayor activista antidesahucios del país enfrentar su alegre sonrisa a los negros semblantes de la autoridad catalana. He visto a un científico minusválido demostrar su mayor valía y superar todo tipo de obstáculos y adversidades para cambiar el trono de hierro del sillón presidencial de Aragón por su digna y funcional silla de ruedas. He visto a un comparsista mirar cara a cara a la caciquesa gaditana para clavarle en una mirada todos los pasodobles que de oído a oído le cruzaron carnaval tras carnaval.

Sé que seguramente me equivoque y la realidad vuelva a pegarme la hostia en la cara, pero espero, sinceramente, que la esperanza que tengo para hoy no se apellide Aguirre. Quizás tenga que dejar de ilusionarme con tanta facilidad, pero no se le puede pedir otra cosa a alguien que, aun sabiendo que los Reyes son los padres, sigue acostándose el 5 de enero con el pellizco en el estómago y los nervios en la sonrisa.


Feliz domingo.

domingo, 26 de abril de 2015

Vosotros, los vuestros y lo vuestro.

Vosotros que ganasteis la guerra y la democracia. Vosotros que copáis los hemiciclos de las vergüenzas. Vosotros, sanguijuelas de diputaciones, garrapatas de autonomías y estatuas del museo de cera del Senado. Vosotros, abusones de poder sedientos de sangre y abusones de sangre sedientos de poder. Vosotros, adalides del pragmatismo chapucero y enemigos íntimos de la utopía. Vosotros, abanderados de la hipocresía que guardáis con vehemencia un extenso arsenal de enlomados  puñales con mango de oro y hojas de acero inoxidable oxidadas. Vosotros, comerciales de ideas, explotadores de confianzas y prepotentes de lo absoluto. Vosotros, interioristas de palabras cuya forma maquilláis cual puta y cuyo fondo pervertís cual putero. Vosotros, telepredicadores del ejemplo, sacerdotes de la falsa moral, patriotas de la falsa moneda. Vosotros, trocadores de la ética por lo legal y de las promesas por mentiras. Vosotros, ladrones comunitarios y crueles asesinos de la ilusión. Vosotros, esclavos de la corrupción, funámbulos de la justicia y orgullosos abonados del perdón y del indulto. Vosotros, habilidosos púgiles que esquivan los duros golpes dimisionarios. Vosotros, señores tenebrosos de la opacidad, mortífagos de decisiones, malhechores de la transparencia. Vosotros y los vuestros.

Los vuestros que copan los semicírculos de las encuestas y los resultados. Los vuestros, empedernidos consumidores irresponsables, activa militancia indignada de inactiva indignación, cómplices del expolio popular y de las pérdidas socializadas. Los vuestros, fanáticos electorales indiferentes al delito. Los vuestros, supervivientes de la estabilidad y amantes de la comodidad. Los vuestros, admirados mudos del ejecutivo, temerosos del cambio, alarmistas de la revolución. Vosotros, los vuestros y lo vuestro.

Vuestro es el sistema. Vuestro es el dinero. Vuestra es la patria, la nación y el país. Vuestra es la democracia y el gobierno, la mayoría simple y absoluta, la ley y el orden, las caretas y los uniformes, los consejos y las asambleas, las secretarías generales y los patios particulares. Vuestro es el circo mediático, las televisiones y los periódicos, las tertulias y los artículos de opinión, las verdades a medias y las mentiras a trozos, los focos de atención y los faquires que de puntilla pasan sobre las brasas de vuestra hoguera. Vuestra es la dirección del dedo que apunta, vuestro es el puesto de asesor, vuestra es la peoná que entra por la urna y la dignidad que pasa por el aro. Vuestro es el hambre en el que otros mandan. Vuestros son los beneficios del eterno combate que nunca lucháis y que, por lo tanto, nunca perdéis. Vuestra es la culpa. Vuestro es el pasado y el presente. Nuestro es el futuro, la ilusión y la esperanza. Nuestro, de los nuestros y de nosotros.

Violadores del Verso - ¿Qué te importan todos los demás?

Feliz domingo.


domingo, 22 de marzo de 2015

Mamones

Antes de que acabe este domingo 22 de marzo de 2015, día de la décima fiesta de la democracia andaluza, quisiera, ya con los resultados en mis manos, hacer una pequeña reflexión.

El PSOE ha vuelto a ganar holgadamente. Si, el PSOE  de los EREs y los Cursos de Formación. Si, el parcheado PSOE del Felipe González del 82 y del Manuel Chaves del 90. Si, el mismo PSOE que durante más de 30 años ha gobernado Andalucía para hacerla lo que es: una tierra de pobrecitos trabajadores, jornaleros vasallos y mamones. Sobre todo mamones.  Da igual de donde venga el bote mientras se pueda meter la mano en él. La única explicación que le encuentro a esta indiferente placidez contra la corrupción es que la mayoría andaluza chupa del bote, en mayor o en menor medida, pero mama, al fin y al cabo. Estos mamones andaluces, que en vez de tierra y libertad piden un puesto en la Junta, son la base del infinito éxito electoral del PSOE. Votantes socialistas, podréis buscar mil excusas, pero, para mí, , ya sea por ignorancia o por conveniencia,  sois cómplices de todos y cada uno de los casos de corrupción que carcomen las paredes de este cortijo, el cual, aun estando en ruinas, se mantiene en pie gracias a sus duros cimientos.  

¿Por qué? Es la pregunta que una y otra vez ataca a mi mente. ¿Por qué?  Es la cuestión a la que le busco mil respuestas y ninguna de las que le encuentro me gusta... Quizás sea por el carácter de esta tierra sumisa y rebelde a la vez, una condición que Juan Carlos Aragón reflejó perfectamente, hace ya 16 años, en un pasodoble de carnaval con una inolvidable letra que expresaba el contradictorio espíritu andaluz, y que remataba con un apoteósico final que, casi sin querer, ha llegado volando a mi cabeza entre esos malditos por qué, por qué, por qué...

"... el servilismo mamón de las marmotas de Andalucía"




Feliz domingo.

domingo, 15 de marzo de 2015

La tienda de campaña electoral

Estamos a escasos siete días de que los andaluces y andaluzas seamos llamados a las urnas en lo que será la primera cita electoral de esta orgía que es 2015. Así pues, los candidatos verdes, blancos y verdes se han puesto manos a la obra en una intensa campaña electoral en la se han enfundado el mono de trabajo que más de moda está en España: el de comercial. La política de pre-elecciones es una enorme tienda llena de mentiras donde los candidatos intentan vender su producto a cambio de un puñado de votos que les garantice la no inscripción de su nombre en las extensas listas del paro.

Yo, como cliente de este comercio de votos, abogo por el consumo responsable, por analizar los productos antes de comprarlos, es decir, por observar el envase, voltearlo y buscar la letra pequeña que indica las calorías, grasas y fecha de caducidad para, después de la compra, no arrepentirme en casa de haber hecho una mala inversión (como otras tantas veces ha ocurrido).

Así, del abanico de opciones que me ofrece esta tienda de campaña electoral, desecho de primeras los productos de los pasillos que están más a la derecha, es decir, los que torpemente me venden los desconocidos Juan Manuel Moreno Bonilla del PP y Juan Marín de Ciudadanos. Esta decisión no es caprichosa ni impulsiva, sino que es el resultado de la total discrepancia entre mi pensamiento y el suyo: nuestros modelos difieren en su totalidad, tanto en el plano económico, como político, como social. Podría reflexionar durante horas de por qué sus "soluciones" no son, en mi opinión, las mejores para Andalucía, sino que más bien las considero todo lo contrario: un agravante para los profundos problemas de esta tierra obrera, jornalera y tremendamente desigual. Pero este es otro tema que en parte ya traté en mi alegato meridional y que quizás algún día vuelva a tratar...

Siguiendo el recorrido por este templo consumista, me paro en el enorme y ancho pasillo central cuyos productos, embellecidos por los medios de comunicación andaluces, contienen lo de siempre, pero con una nueva etiqueta: Susana Díaz, la comercial mayor del reino. Esta socialista lideresa andaluza es, tan sólo, una cara nueva. Nada más. No nos engañemos, porque por mucho que a ella le guste presumir de ser hija de fontaneros, es un producto más de lo que se está denominando como casta. La casta viene por parte de familia política, no por la sangre, y no olvidemos que fue papá Griñán el que, quizás movido por la negra sombra ERÉtica que empezaba a nublar su cielo, legó sus tierras y su cortijo a la preparada heredera que durante años el partido había estado criando. La trayectoria académica de Susana Díaz se extiende a diez años para licenciarse en Derecho y algún curso de relleno de contenido inútil (pero nombre molón), y no se le conoce trayectoria profesional más allá de la política. Eso es, para un servidor, la casta política, gente que ha ido saltando de las Juventudes al Ayuntamiento, del Ayuntamiento al Congreso, del Congreso al Parlamento y del Parlamento al Gobierno (o viceversa). Y aunque se llene la boca con el vocablo "renovación", sus palabras acaban asfixiadas por el pesado aire de un partido que se niega a cambiar. Las caras son nuevas, pero la estructura y el funcionamiento son los mismos de siempre. El PSOE sigue encerrado en sí mismo, sin primarias abiertas a simpatizantes, con destituciones y sustituciones a dedazos, tratando con bancos y empresas en vez de con organizaciones y colectivos sociales, y, lo más grave, con unas listas electorales donde siguen apareciendo corruptibles y corruptos a mansalva. Lo siento, señora Susana, el envoltorio de su producto es de un diseño artístico sin igual, pero sé que al abrirlo, encontraré el mismo contenido arcaico y ya podrido de los últimos 30 años y, viendo la Andalucía actual, no lo quiero. Gracias.

Continúo mi recorrido y avanzo hasta los pasillos de la izquierda, donde las estanterías aparecen algo más desordenadas, pero por cuyos productos confieso que siempre he tenido debilidad. Aquí me encuentro con Antonio Maíllo de IU, un intelectual que, por obligaciones contemporáneas, no le queda otra que trabajar de comercial. El comercio, sobre todo el político, es un arte oscuro de traviesas mañas y desleales jugarretas, un sitio donde los principios han desaparecido para dar paso al fin que justifica los medios. En esta cruel y despiadada zona de combate es normal que las personas doctas no acaben nunca de encajar. Además, Maíllo tiene por delante la difícil tarea de renovar un partido lleno de arrugas y cicatrices, y que, históricamente, ha discutido más consigo mismo que con los demás, algo que no considero malo, pero si complicado. Suerte, camarada.

Esta tierra hostil que es la política actual también le resulta extraña a la joven Teresa Rodríguez de Podemos, la cual, con su tono inocente y sus palabras agresivas, aguanta y resiste de manera muy digna el bombardeo mediático al que su partido está siendo sometido. Esta nueva sangre que se mueve con desparpajo e ilusión podrá sembrar muchas dudas, pero no deja de ser un soplo de aire fresco y una alegría para un servidor que ve cómo en esta majestuosa tienda de campaña electoral, se vende, por fin, algo del sentido común que nació en una coqueta tienda de campaña no electoral situada al calor del Sol en una plaza llena de gente.

Sé que existen más pasillos, pero mi recorrido acaba (de momento) aquí. Quiero aclarar que estas palabras, reflexivas y delatadoras, son el fruto de la opinión más personal. Todos habréis adivinado mis opciones preferidas, y, aunque no os voy a decir a quién votar, si que te quiero deciros que consumáis de manera responsable, libres y con criterio.


Feliz domingo.